Por internet, mensaje para “evitar” 20 antros
En un mensaje difundido en internet, presuntos sicarios del Chapo Guzmán y del Mayo Zambada alertan a estudiantes, profesores y comerciantes de Morelia sobre no acudir a una veintena de bares, discotecas y cafeterías, porque pueden ser blancos de la lucha del narco.
En el mensaje acusan a Los Zetas y a La Gran Familia de ordenar el ataque contra la población la noche del Grito de Independencia, que dejó un saldo de ocho muertos.
En el texto, el supuesto cártel recomienda a los ciudadanos: “Si los detiene una organización sinaloense no se pongan al tú por tú, sólo contesten lo que se les pregunta; si tienen algún familiar que sea narco no se sientan valientes; nunca traten de llamar a la policía, porque ellos todo nos informan; si nos ofenden o traicionan pagarán con sus vidas”.
A las mujeres michoacanas les piden: “Nunca nos ofendan, saldrán perdiendo”, y añaden: “Eviten antros como El Emporio, Sky Club, XO y Club Varsha; eviten también los bares El Artántico, Peña Bola Suriana, El Bazar, La Taberna, Ángelus, La Porfiriana y Status Pool Bar, y las cafeterías Rincón de los sentidos, Don Quijote y El Conservatorio.
“En esos bares —añade el correo electrónico— son frecuentados por zetas y la llamada Gran Familia; el gobierno y los empresarios lo saben, pero prefieren el dinero que la vida de la gente.”
Este es el primer pronunciamiento del cártel de Sinaloa sobre los atentados del pasado 15 de septiembre, que dejaron un saldo de ocho muertos y más de 100 heridos.
Cabe destacar que tanto los Zetas como La Familia ha puesto carteles y mantas deslindadosé de tal acusación y señalandose el uno al otro.
Aquí la lista:
Versiones
Milenio
Ni para dónde voltear, los escenarios cada día enrarecen la brutal realidad de este país de las medias verdades. Versiones van y vienen, las filtraciones a la prensa, junto con una agresiva campaña del gobierno federal que busca a toda costa evitar la caída de la imagen presidencial, sólo nos brindan confusión y mucho ruido, porque en el fondo, al parecer, se oculta un siniestro festín cuyo plato fuerte es la sociedad.
El combate a la delincuencia puso en evidencia que el Estado mexicano no sólo está achicado, fue reducido a la “República del Spot, donde todo se soluciona en el horario triple A”. Ahí se desvanece la idea de que la delincuencia llegó para quedarse. Se nos ha dicho que lo de Morelia fue obra del narco y que, resultado de las traiciones en el interior de "La Familia", se llevó a cabo un atentado terrorista para que el gobierno acordonara la entidad, a fin de debilitar a una organización rival. ¿Será cierto? ¿Es posible que en medio de esta guerra el gobierno tome partido por alguna organización, como en el sexenio pasado? Vaya país: de la filtración a la imprecisión, y de ahí a la confusión.
A estas alturas, sobre Morelia sólo tenemos una información poco confiable e imprecisa. Cada día que pasa, la búsqueda de los delincuentes se complica, porque la escena de la detonación fue manipulada, alterada; las líneas de investigación se desvanecen y todo queda en supuestos. Hay cosas que no tienen sentido, la limpieza no ha ido a fondo y los sucesos de sangre parecen incomprensibles. Por ejemplo, en el caso de los ejecutados en La Marquesa, “no parece que se trate de un ajuste de cuentas entre narcotraficantes, pues salvo que fingieran a la perfección, al menos la mitad de los sacrificados con sólo un balazo en la cabeza, disparado por un tirador experto, estaban lejos de servir a ese negocio, ni como vendedores de droga ni como guardaespaldas ni sicarios.”
No sólo se acumulan tragedias, sino sospechas ante una inevitable pérdida de la capacidad de control. Los errores son los distintivos del régimen; las cifras ya no impresionan. Los fracasos no amilanan al gobierno: el asesinato del joven Martí, los 12 ejecutados en Mérida, los 24 ejecutados en La Marquesa, el atentado en Morelia, el motín de La Mesa. La violencia nuestra de cada día. La peligrosa respuesta de que se están matando entre ellos, sólo alienta la complicidad y solapa la impunidad. Vaya novedad. Es verdad, pareciera que no tenemos otra cosa en qué pensar, porque la delincuencia no descansa; aparte de ejecutar, decapitar, encajuelar y sembrar el pánico, nos demoralizaron y desmovilizaron. Sin darnos cuenta, la sociedad se ha mimetizado con el narco. Los llamados a la “unidad” fomentan la desunión. Somos una sociedad inerte, pareciera que ya fuimos cooptados; caminamos hacia la nada. ¡Pero cómo no! Según datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, "el número de personas que han consumido alguna droga ha aumentado: la cifra pasó de 3.5 millones en 2002 a 4.5 millones en 2008. La mariguana es la droga de mayor consumo.
"En 2002 la consumió 3.8% de la población entre 12 y 65 años, y hoy el porcentaje es de 4.4%, casi el doble del consumo de cocaína (2.5%). En cuanto a la erradicación, los números de 2007 y 2008 no son positivos. El número de hectáreas de mariguana destruidas en 2007 es el más bajo de los últimos 10 años. De 2002 a 2006 se erradicaron más de 30 mil hectáreas por año, pero sólo 22 mil 300 hectáreas tuvieron el mismo destino en 2007. En el primer semestre de 2008, sólo 7 mil 700 hectáreas han sido destruidas. La historia de los cultivos de amapola es parecida: 2007 fue el año con la cifra de erradicación más baja de la última década". Algo está pasando. Lo único claro es que el narco está dictando la agenda de la seguridad; ahora ellos harán justicia y, de paso, nos mantienen en una eterna laxitud mientras, en la modorra, esperamos un milagro.
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