Ni un peso mas por Denise Maerker

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Hoy publico las dos columna de opinión de Denise Maerker como un llamado a mis lectores a hacer conciencia de esta situación tan deplorable que estamos pasando con el nuevo paquete económico.

NI UN PESO MAS I


Denise Maerker



Ni un peso más en impuestos si no se pone un alto al despilfarro y al abuso del dinero público del que somos testigos impotentes día con día.

Pagar impuestos es una obligación irrenunciable. De acuerdo. Dicho esto, no estoy dispuesta a pagar ni un peso más de impuestos si antes no se pone un límite a la cultura del dispendio que priva entre nuestros gobernantes y funcionarios. Las finanzas del Estado están en serias dificultades: menos producción de petróleo, precio más bajo del barril, menos turismo, menor actividad económica, menor recaudación. Falta dinero y de algún lugar lo van a tener que sacar. Las opciones no son muchas: o se endeudan, o cobran más impuestos, o gastan menos.

¿Pero nos pueden pedir legítimamente más sin un programa draconiano de austeridad? Yo creo que no. Por eso, y antes de que nos anuncien, de a cómo es el golpe, habría que enviarles un mensaje claro y contundente.

Ni un peso más si no se le pone fin a la opacidad con que los gobernadores manejan el dinero público. No puede el gobernador de Guanajuato comprar mil hectáreas a billetazo limpio sin decirnos de qué partida lo sacó y reservase la información durante cinco años.

Ni un peso más si antes no transparentan y controlan la forma en que los diputados se gastan y se reparten el dinero. Basta de acuerdos de la junta de coordinación política en la que se asignan millones a las bancadas. No más turismo legislativo.

Basta de privilegios: que todos los funcionarios y legisladores sean derechohabientes del ISSSTE y si quieren otros seguros médicos que se los paguen con su dinero.

Basta de la complicidad entre políticos que los lleva a llamar traidor al que se comporta con honestidad.

Ni un peso más si la Presidencia y el Ejecutivo no reducen su gasto corriente. No se puede pedir más cuando en Los Pinos se sobregiran año con año respecto a lo presupuestado. Ni un peso más si no desaparecen las secretarías inútiles. Y que se transparenten las millonarias partidas previstas para el festejo del bicentenario.

Estamos en una severa crisis económica, millones de mexicanos angustiosamente buscan la manera de mantener su nivel de vida. Cobrar más impuestos ahora es como hacerlo en tiempos de guerra, la justificación y el discurso tienen que ser inapelables. Y para eso hoy se necesita no un compromiso, sino una demostración de austeridad sin precedentes, un auténtico cambio en la cultura de las élites gobernantes respecto del dinero público, de lo contrario, la evasión y el no pago quedarán plenamente validados y justificados.

NI UN PESO MAS II


Una de las formas más fáciles de descalificar una propuesta es mostrándola como totalmente inviable. Cuando Gerardo Priego, el saliente diputado panista regresó el dinero que le sobró de sus viajes, el enojo de sus compañeros fue evidente. ¿Pero qué decir contra un gesto que denota simplemente honestidad? El también diputado saliente Rodríguez Prats, furioso por la traición de Priego a la clase política, no encontró nada mejor que pedirle que de una vez devolviera todo, incluso las dietas (salario) que había recibido porque había sido un mal legislador. Prats trató de convertir a Priego en el problema para ocultar lo central: el despilfarro de todos los demás diputados. Y es que Priego, con su gesto, rompió la regla mafiosa del silencio de los privilegiados.

El viernes propuse en este espacio que aprovechando la situación de emergencia por la que pasan las finanzas públicas exigiéramos a toda la clase política una mayor transparencia en el uso de los recursos públicos y un comportamiento más austero. Algunos entendieron erróneamente que la propuesta era dejar de pagar impuestos. El viernes sin embargo claramente escribí: “Pagar impuesto es una obligación irrenunciable”. Si lo leemos de esa manera, ya lo de menos es cómo gastan el dinero los políticos puesto que se está haciendo un llamado a la desobediencia civil.

No pagar impuestos es lo mismo que cerrar cada quien su calle, contratar a sus policías y abdicar en general de cualquier solución común a nuestros problemas colectivos. De eso, la verdad, ya tenemos mucho.

Lo otro es aprovechar una coyuntura. Nos van a querer subir los impuestos para hacer frente a la crisis. Por eso es ahora cuando podemos exigir: Ni un peso más si antes no nos demuestran con hechos que la cultura del agandalle que reina entre políticos y servidores públicos respecto al dinero público se acabó. ¿Quieren más? Entonces rindan cuentas.

Dicen que rechazar el seguro médico, devolver dinero de viajes o usar un coche discreto no sirve de nada, que no es garantía de que se están asignando bien los recursos ni de que se está actuando con transparencia. La verdad, esos gestos sí importan porque son símbolos, formas visibles de decir que el dinero de todos se cuida. ¿Por qué creer que en un gobierno se está gastando en lo que importa y que las cuentas son claras cuando lo que alcanzamos a ver es que se tira el dinero en cosas superfluas? Para pedir más se necesita estar en un a posición de autoridad. Eso falta.

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