Cuando el ser humano se desconecta

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beth/ "La Resistencia" de Ernesto Sábato

Las grandes conexiones que el hombre ha creado lo siguen dejando solo, en principio por las pocas horas libres que dejan los trabajos, apenas un rápido desayuno que solemos tomar pensando ya en los problemas de la oficina, porque de tal modo nos vivimos como productores que nos estamos volviendo incapaces de detenernos antes una taza de café en las mañanas y nos concentramos en la computadora que es a veces nuestra única ventana al mundo y a los demás o dando zapping a la tele, parece que ya no encontramos el placer en lo que era compartir un vaso de vino o una cena que nos vincule con un amigo en una noche cualquiera.

Pero el hombre se trata de conectar para llegar a los demás, para salir del cautiverio de su soledad. Es tal su naturaleza de peregrino que nada colma su deseo de expresarse de querer salir de esa capa que nos deja como autómatas ciegos ante la huella humana. Se nos olvida que la presencia del hombre se expresa en el arreglo de una mesa, en unos discos apilados, en un libro en una sonrisa, en el acompañamiento.

Vamos viendo con el paso del tiempo que los valores del ser humano han sido replazados por la individualidad y la falta de respeto por el otro, y el hombre post-moderno más "conectado" se encuentra cada día más alejado del otro.

Definitivamente es una pena ver que mientras más tecnológicos somos y más llenos de "redes sociales" siempre hay algo que no da clic dentro de nosotros cada mañana y vamos viendo con el paso de las relaciones que menos valores existen. Hoy citaré a uno de mis autores favoritos: Ernesto Sábato, porque sus palabras son exactas a mis reflexión del día de hoy.

"Desde la perspectiva del hombre moderno, el valor de su palabra, de ningun manera eran un arma para justificar los hechos. Hoy todas las interpretaciones son válidas y las palabras sirven para descargarse de sus actos más que para responder por ellos"

"Otro valor perdido es la vegüenza. ¿Han notado que la gente ya no tiene vergüenza y, entonces, sucede que entremezclados con gente de bien uno puede encontrar, con amplia sonrisa, a cualquier sujeto acusado de las peores corrupciones , como si nada? En otro tiempo se hubieran avegonzado, pero ahora algunos los tratan de amigos y de señores."

Pero como dice Sabato" Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han transformado.

A los años que tengo, puedo decir , dolorosamente que toda vez que nos hemos perdido un encuentro humano algo quedó atrofiado en nosotros, quebrado. Muchas veces somos incapaces de un genuino encuentro porque sólo reconocemos a los otros en la medida que definen nuestro ser y nuestro modo de sentir, o que no son propicios a nuestros proyectos. Uno no se puede detener en un encuentro porque está atestado de trabajos, de trámites, de ambiciones, de pretextos. Y por que la magnitud de nuestra ciudad nos supera. Entonces, el otro ser humano no nos llega, no lo vemos.

Está más a nuestro alcance un desconocido con el que hablamos en el trabajo, en la calle o en la misma computadora, en los negocios y uno sabe abstractamente que está tratando con seres humanos, pero en lo concreto tratamos a los demás como a otros tantos servidores informáticos o funcionales.

No vivimos esta relación de modo afectivo, como si tuvieramos una capa de protección contra los acontecimientos humanos desviantes de atención. Los otros nos molestan, nos hacen perder el tiempo. Lo que deja a hombre espantosamente solo, como si en medio de tantas personas o por ello mismo, cudiera el autismo"

Y creo profundamente que si la mentalidad del hombre de todos nosotros cambia, el peligro que vivimos es paradojicamente una esperanza, podemos recuperar esa historia y esa vida que nos fue entregada, porque apesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer del valor de lo cotidiano y de honestidad de saber ser un ser humano conectado con el otro.

La vida de los hombres se centraban en valores espirituales hoy casi en desuso, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la adversidad. Estos grandes valores, como la honestidad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, el respeto por los demás, no eran algo excepcional, se lo hallaba en la mayoría de las personas. ¿De dónde se desprendía su valor, su coraje ante la vida?

Se encontraban en un valor sobre los hombres que creían en un Ser superior, aquellos que creían ser hijos de Dios, el hombre que era capaz de ser siervo, hijo, hermano, pero jamás un engranaje. El ateísmo es una novedad de los tiempos modernos, para dejar de sentirse responsable frente a un Ser superior y frente al otro.

Este fin de semana algo doloroso me trajo a la mente esta serie de reflexiones de falta de conexión, de la soledad y la incapacidad de los otros de ser empáticos de ver importante lo que realmente es. Yo me confienso ser fan de la tecnología, de las redes sociales y de a estar a veces sumergida en esa capa de autismo, pero quiero usar todo esto para hacer conexiones reales, eso y muchas más cosas, quiero destapar esa capa, quiero cambiar mi soledad por el contacto humano y creer profundamente en Dios que me hace hija, hermana y sierva.

Y los invito a que no dejen de descreer en las gestas humanas y que prueben ser sensibles y ser capaces de darse por el otro, porque sólo así recuperaremos la conexión y sanaremos la soledad que tantos suicidios y tantos problemas sociales ocasionan.


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5 comments:

Omar Viazcán dijo...

Es muy interesante cómo el problema de la soledad del hombre no se resuelve gracias a las múltiples conexiones sociales que ahora permite la tecnología y que antes no. La era de la información nos ha enseñado muchas cosas pero creo que una de las más importantes es la que nos dice que la tecnología es una herramienta, pero nunca podrá sustituir las necesidades humanas de conexión profunda, de compartir un momento, un espacio-tiempo con un otro que se vuelve uno por un momento temporal. En cuanto a los valores, es cierto que el ateísmo crece fuertemente a raíz de la ilustración con los iluminados, pero creo que es un error considerar el ateísmo como un estado de mayor intelectualidad ya que nuestros países fueron forjados a través de leyes y fundamentos cristianos y es en su incumplimiento en que nuestros países decaen. Sin mencionar que los más grandes descubrimientos de la humanidad han sido logrados por hombres en cuya cosmovisión había un fuerte sentido de la admiración por un Ser Supremo llamado Dios y que en su mayoría le consideraban como un Dios personal. Pareciera que en la cosmovisión que incluye la persona de Dios de forma consciente e interactiva es donde la intelectualidad toma una verdadera forma y razón de ser y se vuelve plena para salir a la luz. Amiga, sigue adelante con estas reflexiones e ideas que nos ponen a pensar, y nos dejan un poco menos tontos para el resto de la semana. Saludos y espero que todo vaya bien. DTB!

Unknown dijo...

dentro de las masivas redes virtuales que se tratan, temo decir que yo veía venir la desilusión por los más conscientes de estos fenómenos.

hace mas o menos cuatro años intente publicar un escrito donde pronosticaba la cultura y la importancia que tendrían las redes sociales dentro de una sociedad cada vez mas cautiva de la naturaleza de la tecnología, lo que también expresaba era que estas redes sociales nos dejarían eventualmente solos.

y es algo de lo que comento en mi conferencia.

Felicidades Beth por no dejarme solo en esta hipotesis y hacerte consciente como los demás de que en esta virtualidad realmente estamos solos.

bEtH dijo...

Muchas por comentar! Definitivamente es algo que nos atañe a todos como generación y se ve reflejado en detalles grandes y pequeños del día a día!

Hagamos amistades que de vdd nos transformen. Besos!!

Anónimo dijo...

Hola, te he dicho varias veces que casi diario o cada que me doy tiempo según como ande de trabajo, entro a ver tu blog porque me agrada que diario estes actualizando tus notas. Nunca te habia dejado comentarios, y el artículo de hoy me pareció muy interesante y hay mucha razón en lo que dices, pero tambien veo que lo conectaste a algo que paso el fin de semana tanto doloroso para ti como para los demás (también me incluyo porque me duele bastante), aunque no lo creas. Yo no estoy involucrada y sin embargo estoy enterada de lo que pasó, porque todos son mis amigos, a mi parecer es algo que no se puede medir contra los años, que ya serán 10 en marzo próximo. Solo bastó con un día malo que desgraciadamente sin haberlo planeado para que saliera así, pasó y no hay vuelta de hoja, sólo te invito a recordar todos los días buenos, aquellos días en que hemos compartido conciertos, fiestas, celebraciones, pérdida de seres queridos, todos los momentos buenos, mi boda, la tuya, la entrega de tu anillo!!! Yo me siento enmedio de la situación, y los invito a TODOS, a reflexionar y ver lo que ha sido nuestra amistad a lo largo de todos estos años. No se si dejarás mi comentario o no, si lo quitas de todos modos sabré que lo leíste y quisiera que lo compartieras con Ramiro; espero de alguna manera haber tocado sus corazones lastimados. Saludos y que todo salga bien.

bEtH dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.