Internet ha creado la ilusión de que existe la intimidad en masa
El País/ Timesonline
Las Redes Sociales y la web 2.0 nos ha abierto la posibilidad de contactar a una cantidad impresionante de personas con las que podemos interactuar, volver a encontrar después de años e incluso interconectar con otros amigos que no sabías que se conocían. Esta posibilidad abre también una gran incógnita ¿Podremos llamarles a todos amigos?
La pregunta : ¿Cuántos contatos me permiten agregar mis Redes Sociales? es una cuestión puede responderse fácilmente. Pero ¿Cuántos amigos puedo tener en Internet? ¿Y qué se entiene por un amigo en las redes sociales? Es algo que el antropólogo británico ha contestado y para muchos ha causado polémica.
Robin Dunbar se hizo famoso con su teoría de que el cerebro humano no tiene capacidad para administrar más de 150 amistades. Ahora insiste en su tesis en el citado artículo. El autor de How Many Friends Does One Person Need? (Faber & Fabe), firma el texto aclarando que no está en Facebook. Su tesis se enfrenta a los coleccionistas de amigos en las redes sociales. Para algunos, la acumulación de supuestos amigos sólo obedece a una ansia de exhibicionismo. En la realidad, sin embargo, la colección de seguidores en una red social llega a ser valorada en los currículos profesionales como una señal de una gran sociabilidad por parte el titular.
En un artículo en The Times Afirma"Podrás tener mil contactos pero no a todos les prestas la misma atención" Dunbar sostiene que el tamaño de nuestro cerebro, tras analizar lo que sucede en especies como los simios, no nos permite administrar emocionalmente más de 150 amistades. Por amigo, sostiene, se entiende aquella persona con las que tienes historias, anécdotas compartidas, con los que puedes contar si algo malo o bueno te pasa.
El número de Dunbar parece delimitar una frontera entre aquellas personas con quienes puedes tener relaciones de confianza, reciprocidad y obligación. Más allá se encuentran las muchas personas que se reconocen a simple vista, pero que no se cuenta con ellas en caso de apuro. "Somos capaces de recordar los nombres y rostros de muchos de estos extraños, pero no tenemos importantes historias pasadas con ellos".
Para Dunbar incluso la cifra de 150 exige matices. En el círculo sagrado de la amistad apenas cabrían unos cinco, los íntimos. El resto se ubican en otros círculos cada vez más lejos de la intimidad. Una cosa sí admite el autor: la recuperación en las redes sociales de viejos amigos de la infancia a los que habíamos perdido la pista. Son amistades forjadas "en el período emocional más turbulento de nuestras vidas que, al recuperarse, demuestran que hay algo profundamente perdurable en estas relaciones".
El académico sostiene que nuestro cuerpo realiza lazos cara a cara y tiene algo que ver con la actividad emocional que se genera físicamente mediante el tacto, el olfato y la vista.
La conclusión es que un toque vale más que mil palabras. En la vida real, el contacto físico nos acerca a los verdaderos sentimientos de una persona y la honestidad de un toque que no podemos reproducir virtualmente en Internet.
"Para algunas personas, un blog o una red social es solo un faro enviando su mensaje al un mundo que creen anónimo, una forma de exhibicionismo que rinde culto a sus propios placeres."
Pero la lección es que el mundo está lleno de mirones que no necesariamente son anónimos y que no quieren ver las fotos de tu borracheras. Entenderlo y aprenderlo lleva tiempo. Es por eso que, a fin de cuentas, las redes sociales han implementado opciones para censurar a quienes tienen acceso a partes de tu vida o cénsurar esas partes de tu vida para unos cuantos.
Por eso habla de que existen tantas estafas por este medio, porque en la vida real, estamos concientes de las sutiles señales que nos dan las intenciones de un gesto o una mirada. En este caso no existen estos datos que te ayudan a deducir si se trata de una estafa o no.
En la vida real, nuestra red social se compone de semi-circulos aislados de personas - la familia, los amigos de trabajo, el grupo con el que juegas fútbol los fines de semana, con los que tomas la clase de pintura los martes, entro muchos otros.La mayoría de nosotros mantenemos a estas diferentes personas aisladas de cada uno de estos mundos, ya que están lo suficientemente aislados como para mezclarlos. El Internet ha reducido este derecho. Todos, todos, desde la abuelita, tus amigos de la primaria, tu novio, hasta el extranjero con los que intercambiaste direcciones por descuido en una fiesta ahora los vemos en la misma lista de "Amigos" nos guste o no. Y este tema se ha convertido en una parte necesaria de la guía del cosas que se deben arreglar en las Redes Sociales.
No todos piensan igual que Dunbar
Gaby Castellanos no cree que se pueda poner un límite a la cifra de amigos. La CEO de Srburns, empresa dedicada a la mercadotecnia en los medios sociales, es un caso excepcional en el Internet. Tiene, sólo en Twitter, 13.000 seguidores y se relaciona con unos 900. Y muchos de ellos la reconocen en la calle. "Hay un verdadero baile de cifras en este tema. Los antropólogos hablan de 150, algunos sociólogos colocan el umbral en unos 138 y los estadísticos lo rebajan a 123. No creo que se trate de acertar con una cifra. Es evidente que en la vida real no te puedes ir de copas con 150 amigos, pero creo que en las redes sociales es distinto.
Hay herramientas que permiten gestionar miles de contactos. Tenemos una enorme capacidad para la multitarea y al mismo tiempo que mantenemos nuetros mensajes en Twitter podemos estar viendo la televisión". Lo importante para Castellanos no es el número de seguidores que un internauta pueda acumular sino la capacidad de obtener respuesta de ellos. Si no hay interrelación, el estricto acopio de contactos es puro exhibicionismo, "una demostración del ego". "El liderazgo social no se mide por este parámetro sino por la capacidad de movilizar a los otros, de obtener una respuesta".
Fiel a este principio, la empresa que preside ha desarrollado una aplicación en Facebook, Facebrity, "que evalúa la popularidad del internauta en función de su capacidad de relación con su entorno social. La herramienta mide su actividad y el retorno que tiene la misma, la evalúa en función que unos determinados parámetros y da un valor de referencia". Obviamente, el resultado no se fundamenta sólo en el encanto del internauta sino en su dedicación a mantener este tejido de amistades y relaciones sociales.
El número de Dunbar es muy discutido en la Red. En socialmediatoday replican que las relaciones débiles que se establecen en Internet tienen una ventaja, transitan por nuevos intereses. Las relaciones fuertes acostumbran a establecerse sobre viejos intereses. "Un buen amigo muchas veces conoce las mismas cosas y la misma gente que tú".
La existencia de programas CRM, de gestión de clientes, dedicados a la comunidad social, como batchblue , es un argumento que emplea Chris Broganpara sostener que no hace falta memorizar todos los contactos, simplemente tenerlos bien ordenados porque distintos conocidos pueden servir a distintos intereses.
La agencia Reuters publicaba hace un par de días un artículo con recomendaciones para denegar una petición de amistad en Facebook sin parecer maleducado. Una solución que proponía era informar al solicitante de que mi Facebook está reservado a familiares y amigos íntimos y que las relaciones profesionales las tengo en otra red social, como LinkedIn, con la esperanza de que el peticionario se olvide de Facebook y de LinkedIn. La cuestión es no ofender a nadie porque el ofendido puede ser tu próximo jefe.
Hace un año, The Economist, se planteba la cuestión y recogía las cifras del sociólogo Cameron Marlowe. Partiendo de un internauta con 120 amigos en Facebook, la lista de colegas con los que interactúa es sensiblemente menor. Si el internauta es hombre, responderá a siete y si es mujer, a diez. Si el sujeto del cálculo tiene 500 amigos admitidos en Facebook, comunicará con 17 si es hombre y con 26, si es mujer.
Federico Javaloy, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Barcelona, considera que los promedios sobre el número de amigos en las redes digitales deberían cuidar más los aspectos cualitativos de estas relaciones, que vayan más allá del simple coleccionismo de supuestas amistades. En la campaña digital de Obama, comenta, se vió que sus seguidores en Internet asumían ciertos compromisos con la candidaura. Pero no siempre es así. "Para calibrar una amistad es necesario conocer el grado de compromiso que está dispuesto a afrontar. Tú puedes reunir muchos contactos, pero a la hora de necesitar apoyos para alcanzar un objetivo que suponga costes para quien te preste este apoyo... te puedes encontrar solo", concluye.
Mi conclusión
A la conculsión que yo llego, es que se están reconfigurando las formas de relacionarnos con las personas, y en el inter se tiene que ir clarificando los límites y los accesos de privacidad y uno tiene que ir configurando la forma en la que quiere exisitir en la Web 2.0. No es tarea fácil, pero es algo que todos debemos ir pensando.
Conozco muchas historias en las que en Twitter o Facebook han sido un capaces de movilizar a un montón de gente para realizar cosas en la vida real donde el resultado es un cumpleaños lleno de invitados de muchos circulos que se conocen ahí con intereses comunes o una movilización en pro de una causa social que cambia reformas o propone cosas a su ciudad. O incluso cosas tan triviales pero no menos importantes como relaciones entre familiares que viven en diferentes lugares y que se reencuentran y abren paso a una relación firme en la vida real. Incluso hasta se han formado familias en estos circulos.
Creo que lo que hay que diferenciar es el contacto que elige el exhibicionismo per sé o el contacto que elige generar información, relaciones y que tiene feedback de sus contactos y estrecha relaciones que trascienden a la vida real.
También me queda claro que el contacto humano cara a cara nunca perderá su valor y que si le hemos restado puntos a estos encuentros.
Y tú? Qué piensas? No dejes de escribir tu comentario
1 comments:
Si al final consideramos a las redes sociales más como una herramienta de comunicación, un nuevo medio de interpretación o de interactividad con un entorno mucho más globalizado que las tecnologías anteriores, siempre podremos hacer uso de la misma para afectar, transmitir, continuar, exponer o confrontar nuestras ideas y opiniones.
Pienso que la mejor manera de tomar las redes sociales es como un medio de comunicación y una herramienta de difusión más que solo como una comunidad social que se establece dentro de un entorno virtual; claro siempre es posible generar relaciones íntimas e incluso historias de vida a partir de los contactos que se generen, pero también depende del nivel de compromiso y entrega como lo dice el articulo.
Al final del día, todo se resume a la responsabilidad de cada usuario sobre su información, su conducta, su ética y su historia persona; desde que usan las redes sociales para presumir “las fotos de sus borracheras en Ibiza” o para exponer catálogos de algún producto.
La red social no dejará de crecer haciéndose cada vez mas compleja, pero esto no debe de asustarnos si estamos informados.
Gracias Beth por compartirnos este texto y en lo particular tu conclusión.
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